Puedo llegar a adoptar diferentes posturas en según qué situación y jamás me arrepiento de nada de lo que hago, porque, como dice una frase que escuché de no sé dónde:
No existen las equivocaciones, sólo las cosas y hacemos y las que no.
¿Que muchas veces reflexiono sobre lo que he hecho?, sí, ¿quién no lo hace? Y por supuesto que también acepto que muchas veces mi manera de actuar no es la mejor, pero si lo fuera, no sería quien soy, pues todo aquello que hacemos y el modo en que obramos nos lleva a ser finalmente quienes somos, nos ayuda a alcanzar nuestro destino final.
Lo acepto, casi siempre soy una persona terrible, que no sabe cómo comportarse ni qué decir, pero también puedo llegar a ser todo lo contrario. Por ello, pienso que una persona no puede comportarse del mismo modo a lo largo de toda su vida; mantener una postura eternamente -o lo que dure su estancia entre los "seres vivos"- y no cambiar de opinión respecto a algunas cuestiones.
Defiendo el hecho de que el ser humano no se conoce psicológicamente a si mismo, y jamás lo hará; defiendo y siempre defenderé -o al menos mientras me dure esta convicción- que no me conozco, que jamás llegaré a conocerme completamente, y por eso he decidido calificarme como una persona terrible. Nadie es perfecto en el mundo, y yo no voy a ser la excepción que confirme la regla.
Soy una mentirosa compulsiva, a la que le encanta inventarse vidas ajenas de gente que jamás existirá, por ello me gustaría añadir que todo el contenido de mis historias que pueda tener una cierta similitud con situaciones de la vida cotidiana de una persona existente, no es más que simple coincidencia.
Vivo en dos realidades, una alternativa y otra de la que huyo hacia la anteriormente nombrada, pero para no olvidarme de la que muchas veces quiero escapar, he decido elaborarme un rincón en mi realidad ficticia en el que no olvidarme de quién soy.
Y de todas las mentiras que os he contado y os contaré, sólo aquí podréis encontrar lo que tiene relación con mi verdad.
Bienvenidos a mi vida, a mi verdad.
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